Los fantasmas acontecían junto a los diarios de un joven noble que, viviendo con una enemiga a cuestas, no hacía más que rogar por morirse. La esperanza de la que tanto hablan los griegos, en la vida de aquel individuo había fallecido instantáneamente por un atropello que alguien le pudo ocasionar. Se mantenía en un mundo utópico.
Todas las mañanas el noble se levantaba para realizar sus actividades, mientras el caldero de la magia negra, poco a poco, se infestaba de legumbres y chispazos de malos hábitos; pues la bruja tomaba su celular para averiguar cómo había amanecido sus posibles víctimas. Al otro costado, aferrado a un cigarrillo Boston y una taza de café bien amargo, el hombre calmado y poco letrado sólo se dedicaba a escuchar mientras miraba el horizonte al instante que el humo brotaba por su boca algo espeso.
La bruja con su sonrisa de malvada no se rehusaba a mirar el horizonte, puesto que su realidad era el caldero de mentiras y maldad.
Un día muy soleado el Noble laboraba en su casa al compás que la bruja preparaba su caldero para salir de cacería. Pezuñas de cobardía, ojos de maldad y dientes de humilladora era algunos de los elementos que usaba para acechar en ocasiones la humanidad del noble.
-¡Qué estaré pagando para tener que vivir en medio de la brujería ¡- Dijo mientras afilaba el machete con el cual cortaba la selva que iba carcomiendo su vieja finca.
Su ropaje oscuro, sus ojos brillantes al unísono con sus uñas postizas y una nariz más hermosa que la de una diosa griega, hacían parte del festín cada noche, de la bruja perversa. Las noches del Noble, por el contrario, eran acompañadas del Boston y el café amargo.
Con el tiempo, el Noble, en medio de lo precario que era el universo a su favor, decidió santiguarse como los antiguos abuelos, con su machete de cortar maleza y culminó el hechizo al cual se aferrada de la nada.
La bruja, por su parte en medio de las risotadas que siempre le acompañaban, no fue parte de festín final; su muerte y quemada como una vil hechicera ha terminado.
-La vida se compone de esto. Mueres o ves morir – dijo el noble mientras escapaba del acecho que había cometido.
AUTOR: FRANKLIN ARISTIZÁBAL YUSTES (COLOMBIA)
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FRANKLIN ARISTIZÁBAL YUSTES, Nacido en Florencia Caquetá, Colombia el 21 de enero de 1994. Profesional en Ciencias Sociales, egresado de la Universidad de la Amazonia. Desde que estaba en la institución educativa La Salle de su ciudad natal, mostró gran pasión por la escritura apoyando en varias ocasiones el periódico El Futuro de este claustro educativo. Ha sido partícipe de varias antologías entre poesía y cuento infantil; destacándose en Editoriales colombianas, tales como Komala Ediciones y Mi máquina de Escribir.
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